Me pesé esta mañana: 68,200. Es decir, la jodita me costó
más de un kilo y medio. Flor de idiota, toda una semana a la basura. Pero
bueno, borrón y cuenta nueva.
Hoy ya siento que al menos una porción de mi tracto digestivo e intestinal no están completamente llenos de comida. Pero no sé por qué hoy estuve medio mareada por la tarde y medio nauseosa hace un rato. Tuve un día altamente frustrante en el trabajo, pero no me comí todo ni recurrí al delivery. Punto para mi. Mi comida de hoy:
- Desayuno: café con leche y mi yogurt.
- Almuerzo: dos milanesas de berenjena y puré de calabaza.
- Media tarde: dos cafés con leche y una pera.
- Cena: estoy cocinando media pechuga de pollo sobre fino colchón de zanahorias al curry en papillote. Como en los restaurantes de Palermo, suena divino pero es una porción de mier** envuelta en papel aluminio.
Hoy es 1º de diciembre. En uno de los blogs que sigo, la
minita todos los primeros de mes escribe sus metas y el último día hace un
reporte de cumplimiento. Me copa la idea, y voy a intentarlo con diciembre. Mes
jugado si los hay para andar poniendo metas ambiciosas, así que creo que voy a
ponerme metas alcanzables. Acá van:
- Pesar entre 64 y 65 kilos al final del mes.
- No darme ningún atracón.
- Pasar navidad y año nuevo cómoda, sintiéndome linda, y comiendo con moderación.
Así que… good luck a mi misma!
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