jueves, 28 de junio de 2012

Pesaje y desconcierto

Estimados, hoy ya es jueves y ayer no pasé en limpio mi peso de miércoles. Clavé 69,2. Frustrante, porque el día antes estaba en 69 en punto, con ganas de leer 68. Pero la balanza me arruinó la mañana cuando vi esa subida de 200 gramos. Para colmo dije "no puede ser, seguro me pesé mal", y me subí de  nuevo, y me marcó 69,4!! Dos veces. Me bajé indignada y a la noche en el grupo igual denuncié 69,2. Medio tramposita, pero si no me iba a frustrar mal.

Empecé hoy la mañana predisponiéndome a otra vez haber subido hoy, porque me sentía super hinchada (hace laargos días que no voy al baño, perdón por el disclosure). Y sin embargo marcó 68,7 kg! Eso lo tenía que escribir!! 

Sigo medio ansiosa, pero ayer pasé una prueba fundamental: almuerzo buffet en el laburo, con empanadas, helados, masas, etc. Yo seleccioné, de todo lo que había, una ensalada de atún, la única que no tenía harinas, a la que le saqué el huevo duro y las aceitunas, y me comí solo media. Es decir, comí un poco de lechuga, atún y tomate, sin condimentos. Y litros de café y coca light. Fue duro, pero pasé el primer desafío de esta semana (la semana de dieta la cuento entre miércoles y miércoles). 

Me restan tres desafíos más: uno esta noche, porque vamos de after office con la gente del laburo. No puedo faltar, no va a haber posibilidad de llevar vianda, y va a ser mi primera exposición a la tentación del alcohol, sustancia con la cual no me ha ido bien tratando de moderarme en el pasado.

Otro será el fin de semana, que voy a casa de mi vieja. Dos días de agresiones permanentes, ya sea a través de la exposición a la comida como cuestiones emocionales. Siempre estas ocasiones me desestabilizan, y además me pongo en cómplice de su desborde. Para sumarle dificultades, hay un cumpleaños y una salida nocturna planeadas para el mismo fin de semana.

El último desafío será el próximo miércoles, que mi jefe me invita a comer a un restaurant bien caro, en el que me gusta todo, y en el que no hay muchas opciones light. Es un lugar que da para tapeo, pedir muchas cosas y compartir. Y yendo de a dos es difícil cortarse solo. Vamos a ver cómo manejo eso, sumado a la incomodidad de especular si hay algún mensaje a pasar en el almuerzo. 

I've got my work cut out for me, es decir, se me viene una semanita DURA. Espero que no me lleve puesta.

lunes, 25 de junio de 2012

Me queda chica la vianda...

Balanza: 69 en punto.
Comidas: bien, prolija. Incluso resistí bandejeo de empanadas y sandwiches al mediodía.
Estado de ánimo: sigo reconnnnnntra ansiosa. Acabo de terminar mi vianda y con el último bocado en la boca ya estaba pensando que no me corresponde comer más nada hasta el yogur de mañana y me puse reloca. Recuerdo el bandejeo mientras tipeo este post y se me activan las papilas gustativas.

Yuk!
Estaré comiendo algo mal? Le pondrán droga a la vianda para que no la pueda largar? Supuestamente luego de eliminar las harinas por 48 horas, se va la dependencia, se va la locura, aparece la tranquilidad del corte. PONELE. Si, inicialmente anduve bien. Pero ahora estoy de nuevo desaforada. Chau, me voy a comer un bowl de gelatina completo así me dejo de joder.

domingo, 24 de junio de 2012

Tolerancia a la frustración

Sigo muuuuy ansiosa, queriendo comerme cinco viandas en vez de una, queriendo comerme el yogur de la media tarde a media hora de haber almorzado, etc. Además de ver comida por todos lados, veo que encima mi cerebro no termina de asimilar que estoy a dieta. Fui a tomar un café a un bar, pero como era medio tarde, la gente ya estaba pidiendo sandwiches, picadas, y otras cosas con olores deliciosos, que pasaban frente a mi. Y en el mostrador tenían empanadas ahí en display, con una pinta alucinante. Y por un momento casi me olvido de que estaba a dieta, que dije que esta vez harinas no, que la quiero hacer todo o nada, y todo lo demás. Por una fracción de segundo contemplé llevarme unas empanadas para la noche, sin que se me cruzara por la cabeza que no puedo / debo. Media fracción de segundo después me acordé, y empecé a negociar en mi mente: "bueno, pero al fin y al cabo tres empanadas de verdura no son la muerte de nadie, e incluso es requete moderado para lo que estaba comiendo." A ver, un poquito de perspectiva: para lo que estaba comiendo cuándo? Para lo que estaba comiendo hace dos semanas y media, antes de ponerme a dieta. Otra vez, a ver si me entra en el mate: esto recién empieza!!!!!

Me está costando un huevo, a pesar de que estoy haciendo todo bien, y estoy yendo a todos los grupos, implementando todas las herramientas que poseo, y tratando de limitar las situaciones de riesgo. Quiero esta vez llegar al peso y quedarme un tiempo largo en mantenimiento. Quiero hacer las cosas "by the book". Espero poder juntar la motivación suficiente para seguir haciendo las cosas bien, porque estoy demasiado al inicio del proceso para ya empezar a cag*arla ahora.

Nota mental: NO hacer la gran Nalbandian
Me repito a mi misma lo que dicen en los grupos todo el tiempo, que hay que buscar la "tolerancia a la frustración". Bueno, en eso estoy. Pero o de algún lado me surge más tolerancia, o de alguna forma la cosa se vuelve menos frustrante, o me voy a volver loca.

sábado, 23 de junio de 2012

Amigarme conmigo

Hoy quise probar algo nuevo, y terminé probando dos cosas nuevas.

La primera: un taller de imagen corporal. Poco quorum y una coordinadora no del todo de mi agrado, para decir verdad. Muchos lugares comunes y mucho discurso ensayado inconexo con las emociones que transmitía el grupo. Pero algo saqué en limpio y me movilizó bastantes cosas. Sé que tengo que amigarme conmigo, tengo que quererme un poquito más, incluso en el descenso. Pero me llevé que parte de eso empieza por dejar de pensar en lo que perdí, en lo que me perdí, en lo que ya no soy ni volveré a ser, y empezar a querer mi hoy. Porque si no me quiero yo, ¿quién me va a querer por mi? Creo que acá viene una caída de ficha importante sobre mis últimas relaciones románticas: si eso es lo que busco, alguien que me quiera, voy muerta, porque caigo en la co-dependencia. Tengo que buscar alguien a quien querer yo (y que de paso me quiera, obvio). Pero reafirmar mi auto-estima a través del nexo con otro es una receta para el desastre.

 La segunda: que está relacionada con la primera también, hice programa sola. Armé un itinerario, cargué la batería de la cámara, agarré un buen libro --livianito para poder caminar con él a cuestas-- y salí a caminar. El día estaba divino, con solcito y no mucho frío. Jugaba River, había mucha gente en la calle gritando goles. Me senté a leer y tomar un café en un barcito.
Digo, si estando de viaje me hubiera parecido un programa ideal, ¿por qué acá no? ¿Por qué quedarme encerrada en mi casa en cambio? ¿Solo porque no tengo quien me acompañe? Soy tan insegura que pienso que la gente me va a mirar y va a pensar "qué loser, leyendo sola". A ver si me entra en la cabeza que a nadie le importa un caraj*o. Así que eso hice, ¿y qué pasó? Resulta que hasta la pasé bien. Voy a intentar repetirlo, a esto de hacer programas, disfrutar cosas, lugares, aventuras, aunque sea yo solita mi alma.

Por suerte hoy volví al 69,2 kg del jueves. Y eso que sigo sin ir al baño y encima me vino. Si todo sale bien, la semana que viene me encontrará en los 68ssss. Pliisssss!

viernes, 22 de junio de 2012

Y luego se volvió a mover para el otro lado

Como era predecible, luego de un inusitado descenso de 500 gramos en un día, hoy amanecí con 200 gramos más. Era obvio que algo raro había en ese brusco movimiento de la balanza. Qué bronca me da, hoy estoy en 69,5 kg. Foca, foca, foca, foca, mother foca.

Foto: frikipedia.es
No importa. No hice nada para merecer subir de peso así que seguro se tratará de alguna retención de líquidos (comí salchichas anoche, que son re saladas, exceso de sodio?), o porque no voy al baño hace unos días (perdón por el exceso de información) o capaz que me está por venir, no me acuerdo (idem anterior). NO LO SÉ. Pero no hubo ni tropezón ni caída, así que adelante, que eventualmente la balanza se acomodará.

Mañana a la clínica, a comprar más vianditas, verduritas y esas cosas, y a hacer un poco de gimnasia. Tengo que recordarme a mi misma "van dos semanas y piquito, nena, tranquila". Y tengo que recordármelo seguido porque estoy como loca de la ansiedad.

jueves, 21 de junio de 2012

Se movió un poco la balanza!

Aleluya! Luego de varios días de pesarme conteniendo la respiración y logrando pijo*teros descensos de  100 gramos, hoy me pesé y clavé 69,3. Es decir, 500 gramos de la noche a la mañana. Happy, happy, happy, como perro con dos colas. El pantalón negro que tengo encarnado para ir a trabajar hace meses porque es lo único que me entra esta mañana me lo empecé a pisar. Porque me baila, calza más abajo, y me queda más largo. Tendré que empezar a ponerme tacos más altos, lo cual es un chino para ir caminando al laburo, pero qué buen problema para tener! Todavía no entro en el pantalón del talle siguiente, pero no va a faltar mucho, calculo. Hoy me mataron en pilates, me van a doler los triceps durante dos días. Pero si te tiene que doler algo, qué bueno que te tiren los músculos por haber hecho ejercicio y no la cintura por exceso de peso, o la panza por exceso de comida, no??

Foto: uppitynegronetwork.com
No suelo escribir todos los días para no ponerle demasiado énfasis al tema sobrepeso y no darme tanta rosca. Pero hoy estuve viendo hamburguesas de Mc Donald's por todos lados. Caminado por la calle, BAM, poster de la cuarto de libra. Leyendo el diario, BAM, videito de cómo le sacan la foto para las campañas. Mirando por la ventana de mi oficina, BAM, cartel gigante sobre un edificio. De más está decir que estuve super ansiosa, me comí las raciones que me correspondían todas medio seguiditas, poco espaciadas, y a pilates llegué famélica. Me acabo de comer mi alpistecito y ahora me estoy llenando con gelatina, agua, técito, lo que venga. Y escribo. Escribo el descenso de los 500 gramos a modo de homenaje y motivación para que si mañana sigo con este nivel de ansiedad, piense bien fuerte en lo bien que vengo y no haya chances de que la cagu*e.

miércoles, 20 de junio de 2012

Pesaje de miércoles

Al igual que en su momento, cuando trackeaba mi peso semanalmente, he decidido pesarme y anotar mi peso en la tablita todos los miércoles. El peso de hoy 69,8 kg. Sigo rasposamente abajo de los 70, pero lentamente llegaré! Por favor vean la aplicación super canchera que bajé para registrar mi peso, acá a la derecha de cada post. Para mi representó todo un desafío bajar la mierdita esa, así que estoy orgullosa (y si a alguno le parece una idiotez, bueno, no fue mi caso!).
Foto: perfit.com.au

No fui finalmente al gym el lunes, como era de anticipar. Pero fui ayer a pilates y hoy a gimnasia con los gordos. No es muy hard-core que digamos, pero todo suma. Poco a poco me avendré a sumar algo más. Por el momento es bastante que esté yendo con regularidad a estas dos cosas, dada la locura de agenda que manejo. Además, debo admitir que hoy hasta incluso me duelen un poco los abdominales...

No quiero anticiparme y ponerme ansiosa a que la balanza baje más rápido de lo que está bajando. No quiero caer en el cliché del gordo que se come todo durante meses y después pretende bajar lo subido en dos semanas. Porque van exactamente dos semanas de dieta, nada más, después de todo. Ayer estaba pensando, en relación con el post en el que dije que esta vez no estoy bajando tan rápido, que es muy probable que me haya cag*ado el metabolismo. Cuando uno jode mucho, onda restricción absoluta, atracón, restricción, y así, parece que el cuerpo se vuelve más eficiente y metaboliza más grasa, algo así [si quieren una explicación con rigor científico, búsquenlo en la Wikipedia, acá yo pongo las pavadas que pienso al respecto nomás]. Pero la cuestión es que empecé a hipotetizar sobre las causas de mi lento descenso. Y al cabo de un segundo dije, "pará, otra vez con estas bolud*eces vos?" Ya me sale la exitista de adentro y quiero todo YA, YA, YA! Así que entré en modo "ohmm" y me obligué a no pensar más en el asunto.

Perseverancia, eventualmente llegarán los logros.

lunes, 18 de junio de 2012

Under 70!


Felizzzzz porque esta mañana la balanza me devolvió un 69,9 kg. Los put*s 70 me estaban empezando a frustrar. Sé que 100 gramos es un margen un poco escueto, y que con hacer un pis menos todavía estaba en la decena anterior, pero no me importa, los voy a festejar igual! Estoy intentando no ver las cosas en términos de blanco y negro. No quiero pensar más en términos de flaca = feliz, contenta con mi cuerpo, mientras que gorda (incluyendo en descenso) = odio hacia mi persona, vergüenza, etc. El disgusto con el propio cuerpo puede servir inicialmente para tocar fondo y empezar a hacer algo al respecto, pero no puede ser el driving-force del descenso. Hay que quererse durante el descenso también. Hay que tomar las pequeñas victorias y valorarlas. Tengo que mirarme al espejo y no pensar “mierd*, cuánto que me falta”, sino “mirá, está empezando a aparecer la cintura”. Easier said than done, though. Pero bueno, tranqui, voy aprendiendo.


El fin de semana estuve muy prolija, pero tampoco tuve muchas tentaciones porque prácticamente no salí de casa. Este frío, más la lluvia, no eran exactamente propicios para actividades outdoor. Las únicas salidas que hice fueron, el viernes al teatro y el sábado a los gordos. Al programa teatro fui ya cenada, a pesar de que empezaba a las 9.10. Si no, sabía que íbamos a terminar en Las Cuartetas o alguna cosa así. Después de la obra fuimos a tomar café, y ni siquiera me comí la galletita que te dan (que se veía muy bien). El sábado fui a los gordos, y después me quedé a la gimnasia. Fue toda una revelación, porque me di cuenta qué triste que es mi estado físico. A pesar de que hace dos semanas estoy reconectándome con mi cuerpo, yendo a Pilates, mirándome un poco más, no me había dado cuento el estado de atrofiamiento que cargo. La clase que tomé era tipo para bailar cachengue (ughhh!), frente a un espejo gigante. Conclusiones a las que llegué: 1) no tengo ni un cachito de gracia para moverme, soy literalmente de madera, aún cuando le re pongo onda; 2) gordos de miles de kilos se movían con más destreza que yo; 3) a los 15 minutos no daba más, por lo tanto, todo bien con Pilates, pero necesito ejercicio aeróbico urgente. Hoy tengo la noche libre. Me avendré a ir al gimnasio? No se pierdan la respuesta, en el próximo capítulo... 




viernes, 15 de junio de 2012

Frustrada, pero hanging in there


Tuve una semana muy prolija. Yogurt, vianda, yogurt, vianda. Cero desviaciones. Pilates dos veces por semana. Caminata de casi 50 cuadras el domingo. Bien, no? Si, por suerte me enganché con la dieta y bajé, se me desinfló (un poco) la cara, y me tranquilicé porque corté la dependencia de los atracones. Sin embargo, el número en la balanza no fue descollante. El miércoles fui a la reunión con los gordos y el saldo semanal de descenso fue de 1,3 kilos. El jueves bajé 100 grs. y hoy otros 100. Una pij*tereada, la verdad. Dado el alto nivel de sacrificio, acompañado por ejercicio físico, yo esperaba más. Supongo que me mal-acostumbré a que cuando empiezo esta dieta después de un período de desenfreno, por contraste, por bajar de 100 a 0, bajo una guasada, tipo 4 kilos en una semana, o al menos 3. Y la segunda semana normalmente siguen los descensos abruptos. Eso te da motivación para continuar. En este caso, no fue así. Probablemente porque no fue de 100 a 0, sino que fue de 100 a 30, luego 70, luego 50... como que la pel*otudié un poco, y eso debe haber atentado contra el efecto desinfle abrupto. Si tengo que ver el vaso medio lleno, saco en limpio que esto me va a hacer más perseverante, y a la vez me va a ayudar a valorar más el descenso que logre. Tendré que cortar con la especulación de que puedo mandarme brutas cag*adas, total al otro día arranco la dieta y bajo todo de golpe. Será una forma de darme cuenta que se engorda muy fácil y rápidamente, pero que bajar tarda una bocha y es durísimo.

Pero bueno, acá sigo en la lucha. No quiero desmotivarme. Tampoco quiero exponerme excesivamente a situaciones de tentación. He rechazado un par de ofertas a almorzar, un cumpleaños de noche con mucho chupi, etc. El fin de semana iré al meloneo un poco, y haré algo de ejercicio. Estoy como agarradita de un hilo, así que no quiero que se corte!

sábado, 9 de junio de 2012

Detectando tendencias

Pasé la barrera de los dos días de no comer ni tomar nada fuera de la dieta, y me siento mucho mejor. No es que haya bajado una barbaridad, van cuatro días de dieta después de todo, pero me siento bajo control, no desaforada por la comida. Hoy hice compra grande en el super y cociné para toda la semana, fraccionando en porciones y metiendo todo el freezer. Estoy preparada y tengo un plan, así que espero que me vaya bien.

Estuve repasando las veintipico entradas que publiqué en este blog hasta enero de este año, en que tiré la toalla. Es impresionante cuando uno se aleja y mira el "big picture", qué claro que parece todo, ¿no? Arranco la dieta cuando toco fondo. Me propongo hacerla "todo o nada", para desintoxicarme. Luego de una semana ya me siento mejor, y empiezo a negociar, a hacer pequeñas trampitas, total sé que sigo bajando, por contraste con lo que venía haciendo. Una pequeña desviación de la dieta empieza a convertirse en muchas infracciones recurrentes. Empiezo con las justificaciones: "esto que estoy haciendo es mucho más razonable que 600 calorías diarias, prefiero adelgazar más lento pero de manera saludable". Y a los tres días me doy un atracón y desaparezco. Moraleja: no puedo desviarme ni un poquito. No puedo negociar. Y tengo que agregar ejercicio o ningún cambio que aborde va a ser duradero.
Foto: bryanhehirexposed.wordpress.com
Bueno, la teoría está. Podré cambiar mi historia? Podré escribir un nuevo post en una semana y no tener que denunciar ninguna irregularidad?

jueves, 7 de junio de 2012

Pilates reformer, ¿serás para mi?


En tren de reconectarme con mi cuerpo y buscar algún tipo de ejercicio físico que me guste, lo cual no parece ser muy fácil, decidí anotarme en pilates. Hordas de mujeres de todos los tamaños y pesos hablan por el mundo las bondades de este método, ¿así que por qué no puedo ser yo una más de ellas? No parece que ser una sílfides sea un requisito para tomar la clase, ni tampoco tener mucho estado físico, así que, what the hell…
Foto: http://karinmendez.files.wordpress.com/2012/01/pilates-reformer.jpg
Debo admitir que desde afuera y sin haberlo probado esas máquinas me parecían instrumentos medievales de tortura, pero ahora que lo hice… confirmé mi primera impresión, ja! Cómo duele, la remil put*! Será que estoy totalmente atrofiada, y que la flexibilidad corporal nunca fue mi fuerte, pero soy chotísima, y se nota. Por suerte las minas que van están más preocupadas por charlar con la instructora sobre las boludec*es más inusitadas que se les ocurran que por mirarme a mi. Ya fui dos veces y pagué todo el mes, lo cual crea una presunción de que continuaré yendo. Espero que no sea como mi abono de gimnasio, que pagué todo un año y aún así no fui más de tres veces. Veremos. Reportaré periódicamente mi evolución (o involución) (o total deserción).

Actualización de estado dietístico: BIEN. Mejorando. Ayer fui al grupo nomás, lo que me sirvió para dejarme de joder esta mañana y hacer las cosas como se deben. Llegué a la conclusión de que soy una chica estilo “todo o nada”. No puedo negociar “es una tostadita, una solita”, porque acto seguido me como toda la panera, y esa noche pido media docena de empanadas para mi sola. Así que cero harinas, cero dulce. A cortar el síndrome de abstinencia y entrar en acidosis, carajo.  

Vuelve el perro arrepentido...


Hola de nuevo a la blogósfera. Luego de meses de ausencia retomo el contacto con este medio y ¿adivinen qué? Por supuesto, estoy hecha un tanque. Y ya no un kilito o dos, sino una bocha: estoy pesando 72 kilos. Casi lo mismo que pesaba cuando empecé Ravenna la primera vez, en 2009, que estaba como en 74. Sí, una bestialidad. Estaba releyendo mi último post, que estaba en 64,5 o algo así. En ese post decía que en las últimas recaídas al menos había podido frenar a tiempo, y que ya no me iba a ir a la mier... como en otras oportunidades, que ya no iba a pasar de 69. Flor de chasco...

Otra vez la c*gué
 No sé cómo llegué a este punto. Sospecho que tiene mucho que ver con mis frustraciones emocionales, concretamente con un tipo. Qué predecible, no? En los últimos dos meses ya la cosa se me fue de control, cayendo en atracones permanentes. A la noche me iba a dormir tan llena que me despertaba aún sintiéndome mal, llena hasta la garganta, y para “bajar” esa comida, arrancaba bien tempranito con otro atracón. Mi sistema digestivo la pasó muy mal por varias semanas, mejor ni les cuento porque es muy escatológico. Y finalmente llegué al punto en el cual no me entró ningún pantalón. Los viejos, los “de gorda”, pre 2009, no sé ni dónde están. Creo que se los di a mi vieja, y antes muerta que pedírselos de vuelta. Tuve que salir a comprar nuevos, y cuando ésos no me entraron, me compré un vestido negro de modal elastizado talle ballena, lo que yo llamo una “carpa de beduino”, y me escondí ahí adentro. Pero, ¿a quién engaño? No hay cómo esconder los casi 10 kilos que me puse. Se notan por todos lados.

Hace poco hice una escapada de viaje con una amiga, situación que inevitablemente deriva en el sacado de fotos. Uggh...! Cuando me vi en las fotos... Qué asco que me doy, qué desagradable que me siento. Una intocable, sexy como una ameba. En terapia había hablado del tema de la imagen en su momento, y había llegado a la conclusión de que ponerme kilos es un mecanismo de defensa, porque me “saco del mercado”. Gorda, ¿quién va a quererme? ¿Quién podría desearme? Nadie. Listo. Riesgo cero. Es totalmente cierto que cuando a pesar de mi estado de grasitud me avengo a salir de noche –lo cual la mayoría de las veces ni siquiera accedo a hacer—me pongo de expectadora de mis amigas. Ellas levantan, yo miro, yo soy uno más de los muchachos, riéndose de las otras que despliegan sus armas de seducción. Ok, detectar el problema y admitirlo es el primer paso para solucionarlo, no? Entonces con mi psicóloga empecé a intentar hacerme a la idea que alguien me puede querer gorda, que no me excluye del mercado, que puedo estar “adentro” del mercado, y no mirarlo de “afuera” solo por ese motivo. Empecé a querer cambiar mi actitud por adentro, al menos, aunque no cambiara mi aspecto de afuera. A meterme en personaje de mujer, a permitirme seducir, etc, etc. Bueno, por supuesto, fue un fracaso rotundo. Y ahí le di una vuelta de rosca a la explicación de mi gordura: comer anula mi sexualidad. Pero ya no en el sentido de que me saca del mercado, es decir, no solo porque me hace menos deseable, y entonces menos expuesta al riesgo del rechazo. Sino porque aplaca mi deseo sexual. Psicológicamente, porque me siento una bolsa de manteca in-c*gible, pero también físicamente, porque me anula hormonalmente. ¿Acaso será casualidad que me mando los peores atracones por la noche, cuando vuelvo a casa y estoy sola como un perro, mirando televisión? No hay casualidades. Este tema es muy extenso, no termino de desentrañarlo yo misma, y además ponerlo por escrito me hace sentir más patética de lo que ya me siento, así que lo dejaré para más adelante.

Volviendo a las fotos: toqué fondo. Fue mi “ahá” moment, en el que dije “bueno, basta”. Hace dos semanas y pico que volví de viaje ya, pero todavía no he logrado engancharme con nada. La semana pasada fui a un grupo de Ravenna y me compré viandas. Por unos días anduve bien, pero progresivamente fui aumentando la ración, y terminé a los atracones. Intenté retomar el ejercicio, pero el finde tuve que laburar y no hice nada. Al menos ayer arranqué Pilates. Sé que no voy a perder peso con eso, pero al menos es un paso hacia retomar el cuidado de mi cuerpo, el contacto con mi cuerpo. Pero digamos, que a pesar de sentirme muy muy mal desde las fotos, hago un paso adelante y cinco para atrás, y no sé cómo hacer para cortar con eso.

Hoy podría ser un buen día de “turning point”, por varios motivos: 
1)      Tengo grupo de Ravenna, y me van a recag*ar a pedos, porque esta semana hice todo mal. La semana pasada era fin de mes, y no pagué nada porque llegué después del horario de cobranzas, pero si hoy voy, tendré que pagar todo el mes, y dado que sale un fangote de plata, eso me puede llegar a incentivar a permanecer. Además, voy a aprovechar para repasar la teoría. En Ravenna te dicen que no hay que pensar, hay que hacer la dieta sin desviarse. Salirse de la dieta te saca de la acidosis, te da hambre, te pone ansiosa, y la c*gás, y no un poquito, sino que terminás en el atracón.
2)      Tengo terapia. Quiero ahondar esta relación entre la comida y la sexualidad (o la falta de). Siento que vengo abriendo muchas líneas de pensamiento relacionadas con lo mismo, pero no termino de sacar una conclusión que me ayude. Voy a ver si hoy puedo recapitular un poco y tomar conciencia de algunas cosas.
3)      Siento algunos músculos tensos de haber hecho Pilates ayer. Eso es bueno, incentiva.
4)      Mi bloguera preferida, Jen, posteó hoy un desafío de bajar 12 pounds (algo así como 6 kilos) de acá al 1º de agosto. Y me gustan los desafíos. Me motivan. Este en particular me sirve, porque me hace sentir que no estoy sola. Y constituye lo que se llama un objetivo inteligente [en inglés, “SMART” goal: Specific, Measurable, Achievable, Relevant, and Time-based].
5)      Retomé este medio, al fin y al cabo, no? “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos”.

Solo espero que después de toda esta perorata mi próximo post no sea de acá a 5 meses con 10 kilos más encima...