Recuerdan que comenté en mi último post que me había
comprado viandas truchas, y que los canelones de verdura que me comí el jueves
a la noche mi habían parecido asquerosos? Bueno, dos horas más tardes mi cuerpo
decidió que eran tan asquerosos que no los iba a digerir y fueron expulsados de
mi cuerpo. Me pasé dos horas nauseosa, una hora vomitando, y dos horas más
sintiéndome como el orto, sin poder dormirme. Cada vez que recordaba el sabor
de los canelones empezaba a hacer arcadas, incluso al día siguiente. Moraleja:
habrá que gastarse unos pesos extra y volver a las viandas oficiales.
![]() |
Fuente: www.zazzle.com |
Mi peso esta mañana: 66,4 kg, descenso de 600 grs. Hoy comí
prolijo: un café con leche al mediodía cuando me levanté, dos salchichas con
calabaza al mediodía, otro café y un yogurt con frutas a la tarde y una vianda
“oficial” recién (aprendí y pedí delivery de las viandas caras, que son
verdaderamente una delicia, aunque algo escuetas, por supuesto).
Tengo miedo de qué me mostrará la balanza mañana, porque los
descensos de los últimos dos días fueron muy abruptos, y probablemente
motivados por (i) el lanzamiento del jueves a la noche, (ii) lo inusualmente
poco que comí el viernes, por falta de tiempo y por seguir medio revuelta. Así
que cruzo los dedos. Me consuela al menos que hoy fui al baño (too much
information?), que no había ido desde que empecé a comer como un pajarito. Eso
tiene que ayudar en mi pesada de mañana, no?
Pero aunque rebote un poquito, vengo bien, dietando como se
debe. Y la trampita de anoche fue super requete moderada. Incluso probablemente
estuvo dentro de las calorías diarias permitidas, porque había comido muy poco
durante el día. No intento justificarme, sé que estuvo mal porque tenía harina
y alcohol, dos grandes “no-no”s de Ravenna, pero no me provocó que al día
siguiente volcara, sino que hoy retomé perfectamente, y sigo motivada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejame un mensaje!