El jueves fue mi última entrada, y hoy es miércoles. Soy relativamente nueva en esto de escribir y leer blogs relacionados con la pérdida de peso, pero si hay una estadística que no falla es que cuando un blogger desaparece es porque se fue a morfar. Eso es lo que estuve haciendo yo. No es que estuve "viviendo" la vida y la dieta quedó en un segundo plano. No, activamente hice todo lo que pude para sabotearme y atracarme con comida.
El jueves, como les conté, había banquineado levemente, producto de cierta falta de disciplina y compromiso, aunque nada grave. Todavía estaba a tiempo de enderezarme y retomar, porque la motivación estaba. Pero el viernes intervinieron otros factores, esta vez emocionales (aren't they always...). Una frustración amorosa --llamémosle-- y una (o varias) de índole laboral. Esa noche terminé volcando, con picada, cerveza, y más picada y más cerveza. El fin de semana largo me agarró deprimida, totalmente desmotivada, sin energía y aletargada por el atracón, y fundamentalmente, sin comida sana en la heladera. Así que me mandé un atracón de comida chatarra atrás de otro, abusando del delivery y encima, gastando una millonada de plata. Ayer retomé el trabajo pesada, culposa, con la cara hinchada como un boxeador por la retención de líquidos, y bastante "gaseosa" (y sí, el atracón no es gratis...). No pude frenar, y a la salida del trabajo fui directo al chino de enfrente a mi casa a stockearme de porquería. Con el estómago y el pecho tirante, sin poder respirar, recibí un llamado de unos conocidos para salir a tomar algo. Acepté, y le apilé un kilo más de comida arriba de los varios que ya cargaba. Terminé sintiéndome tan mal que consideré vomitar. Fui al baño, hice todo el ademán, pero ya se ve que la cosa estaba a medio digerir y no logré devolver más que un poco de bilis. Lo cual fue un poco un alivio porque hubiera sido mi primera vez con una conducta tan abiertamente patológica y bulímica.
Esta mañana no daba más. El desgaste físico y emocional de la forma en que me castigué todo el fin de semana me mató. Corté con la locura y comí lo siguiente:
- Almuerzo: milanesa de soja con calabaza.
- Media tarde: una pera y dos cafés con leche.
- Cena: dos salchichas light y puré de calabaza, y dos ciruelas chicas de postre.
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Yuck! Fuente: obeseliving.com |
Espero mañana sentirme un poco mejor, y no tan deprimida y desmoralizada. No sé si pesarme o no, porque tengo miedo de ver un número muy horrible y tirar todo al carajo otra vez. Por otro lado, si no me peso, puedo hasta creerme que este fin de semana de locura no tuvo consecuencias graves y seguir pelotudeando.
Lo que tengo claro es que hasta que no me sincere completamente en este blog, es lo mismo que nada. Así que he tomado tres determinaciones:
- Voy a dejar de ocultar el número de kilos, cuánto bajé, cuánto peso, etc. Flor de pavada. A ver: mi peso en el 2006 era entre 65 y 68 kilos, y con bastante esfuerzo. Llegué a pesar 82 kilos en febrero de 2009, mi peor momento. Luego deambulé todo el 2009 en las proximidades de los 74 kilos. Para diciembre de ese año bajé a 67 y no lo podía creer. Pero en el invierno del 2010 volví a subir como hasta 76, peso en el cual toqué fondo de nuevo por noviembre de 2010. Ahí empecé mi dieta en serio y mi nutricionista me indicó que debía fluctuar entre 64 y 66 como peso normal. Bajé hasta 64 kilos, pero luego quise seguir bajando, y llegué a los 60,5 kilos en abril de este año. Luego lentamente me fui dejando ir. Debo haber raspado los 70 cuando decidí empezar este blog. En un par de semanas de desintoxicación logré bajar a 66,5 kilos, peso que registré en mi tablita la semana pasada. Hoy, luego de 5 días de atracones, debo estar en 69 de nuevo. Ok, basta de estupideces, mañana me peso.
- Voy a escribir aunque me haya mandado una gran cag***. No vale anotar lo bueno y desaparecer cuando las cosas no me salen como quiero. Ojalá tuviera más lectores (if any) así siento que estoy rindiéndole cuentas a alguien.
- Voy a dejar el anonimato, EVENTUALMENTE. Todavía no estoy lista para este último ítem, pero creo que este blog sólo me va a servir como instrumento de "accountability" cuando me de vergüenza (propia y no ajena) si me desvío de mis cometidos.