martes, 15 de noviembre de 2011

Corte - día 1


Confirme lo prometido, recapitulo lo que comí hoy:
  • Desayuno: un yogurt light con colchón de frutillas
  • Almuerzo: una milanesa de soja con puré de calabazas
  • Media tarde: un café con leche, litros de pomelo light
  • Cena: caldo, dos salchichas light, tres espárragos y puré de calabazas 
Hice las cosas bien y la verdad es que me siento un poco menos ansiosa. Es un paso. Mañana otro paso. Baby steps. Los primeros dos días de corte son críticos. Luego uno se empieza a sentir bien, más tranquila, menos dominada por esas ganas enfermizas de llenarse la jeta con todo lo que se cruza.  Es puramente fisiológico, ya que se acaba la tiranía de la dopamina y la insulina.

En línea con lo de decía en el post de ayer, hay que pensar menos y hacer más. Me estaba acordando cómo hice para adelgazar en su momento –que tenía que bajar mucho más y nunca había tenido realmente mucho éxito con las dietas—y fue así: sin pensar. En esa época también estaba haciendo terapia, y me acuerdo que mi psicóloga me dijo que no pensara todo el tiempo, que los “planteitos” los ventilara ahí. Es decir, que el espacio semanal de terapia fuera el momento para pensar todas esas boludeces, pero que no ocuparan mi cabeza el resto del tiempo.  No es sano, definitivamente, estar dentro de la cabeza de uno mismo mucho tiempo. 

Ahora que no voy más a terapia, aplicaré su recomendación a este blog, que será mi nuevo mecanismo de catarsis.  Este va a ser mi momento diario de pensar en mi dieta, en si estoy o no gorda, en cómo me siento con mi cuerpo, en qué estoy haciendo y voy a hacer por mi salud, mi físico, etc. El resto del día, no. Pensamiento que aparezca dieta-relacionado será reprimido y evacuado por la noche frente a esta pantalla.

Mañana, día dos del corte. Deséenme suerte. 

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