miércoles, 16 de noviembre de 2011

Corte - día 2


Ok, segundo día de desintoxicación… exitoso! Hoy comí:
  • Desayuno: un café con leche y un yogurt light con colchón de frutillas
  • Almuerzo: algo así como una lasagna de vegetales (básicamente vegetales grillados apilados y un poco de queso)
  • Media tarde: un café con leche, un durazno, y luego otro café con leche
  • Cena: una salchicha light, dos espárragos, media remolacha y puré de calabaza
Yes I did!!
Puedo decir que estoy mucho más tranquila. Aunque pasé momentos de mucha hambre, ya me siento menos ansiosa. Hasta diría que estuve más productiva en el trabajo que lo que he estado ultimamente. Recuperando lentamente una sensación de control sobre mi misma.

No logré cumplir mi objetivo de no pensar todo el día en el sobrepeso, sin embargo. Arranqué la mañana con 20 minutos de probarme ropa que me aprieta, sin encontrar qué ponerme. Definitivamente no me había dado cuenta que había engordado, me dejé estar, y mucho. Me probé un par de polleras “de gorda” que casi había descartado que jamás volvería a usar, y de pedo que me cierran. Quepo, pero me siento una ballena embarazada. Así que me puse mi uniforme de siempre, uno de los dos pantalones que me entran y no me dan ganas de llorar cuando me miro al espejo.

Hoy agarré la tablita en la que el año pasado, semana a semana, fui anotando la evolución (¿o involución?) de mi peso. Anoté lo que peso hoy y voy a empezar a registrar mi peso en ese papelito semanalmente. Un poco para matar la ansiedad, y no estar pensando en la evolución del peso de forma diaria. Eso no significa que no me vaya a pesar todos los días (es la única forma de mantener la gorda a raya), pero me pone en perspectiva un poco de que la dieta es algo que toma tiempo, que hay que sostener con paciencia. Típico de gordo que uno se deja estar meses y meses, y cuando finalmente decide adelgazar, quiere todo ya! Es mi caso, por supuesto: quiero bajar en dos patadas todo mi sobrepeso; quiero retomar el gimnasio y correr lo que corría antes, a pesar de que ya no tengo estado; quiero tonificar todos los músculos caídos, particularmente el traste, que está chocando con los talones; quiero salir a comprarme ropa de flaca. Y van dos días de dieta. A duras penas. Tranquila, nena, bajá un cambio.

Así que tengo que tomármelo con un poco más de calma, o en dos días más tiro todo por la ventana, frustradísima. Por lo pronto, esta noche voy a revolver mi placard y encontrar qué ponerme mañana, así no repito el mini meltdown de esta mañana. 

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