Hoy a la mañana pesé 66,6 kg! Finalmente apareció el 6, y con toda la furia. No un tímido 66,9, sino 66,6! GROSSO. Me entusiasma ver este número porque la vez que había bajado tanto 66 era mi cota superior, y debía fluctuar entre 64 y 66. Me da mucho miedo entusiasmarme tanto porque puede tratarse de una anomalía estadística como la que me pasó el otro lunes (el pasado, no, el anterior) que clavé un peso super bajo, que al otro día ya se había esfumado, y luego me tomó la friolera de 10 días volver a bajar un gramo respecto de ese peso. Típica pesimista, en vez de disfrutar el número ya estoy preocupada por volver a subirlo. Pero bueno...
Esta semana me la voy a ver complicada. El miércoles tengo almuerzo con mi jefe, que le gusta morfar que da calambre, y la elección de restaurant fue hecha por él. Vamos a ir a un lugar donde las opciones light son prácticamente inexistentes, y donde todo es más bien para compartir. Veremos cómo me las arreglo para no arruinarle el plan de compartir un tapeo y obligarlo a comerse toda una tortilla de papa solo. Además, el viernes es el día del amigo, y hay planes de gran comilona por la noche. Ahí no sé cómo voy a hacer para que no se note que estoy dietando.
Como ya dije varias veces, me revienta participar a la gente de mi descenso, y en particular a alguna gente. No porque sean mala gente, al fin y al cabo estoy hablando de personas con quien voy a pasar el día del amigo, pero gente que no entiende mi tema con el peso. Ejemplo: hay una que bajó unos 8 kilos y los mantiene a fuerza de mucho ejercicio. Bajamos más o menos en la misma época, pero yo me volví a ir a la mierd*a, mientras que ella se mantuvo. Y todo este tiempo siento que me da cátedra, alardeando de cómo a ella la gimnasia le hace bien, y de que ella se mantiene porque lo bajó de a poco, comiendo de todo, y no a fuerza de restricción total (léase, el método Ravenna). Y me hincha un poco. Cuando hemos salido a almorzar juntas ultimamente, siempre como algo light del menú, aunque un poco excesiva la porción. Como se trata del almuerzo, no he llamado la atención todavía por mis elecciones y no me han preguntado si estoy a dieta. Seguramente se de cuenta de que estoy bajando, porque ya recibí otro comentario en la oficina de que estoy más flaca, pero al menos ella no ha acusado recibo. Mejor así. El viernes, que se trata de una cena, ya no creo que pueda caretearla mucho. Van a querer chupar, comer algo más que una ensalada de mediodía, y comer postre. Tendré que decidir cómo manejo este tema, y si denuncio o no denuncio, pero haga lo que haga se va a notar: romper la dieta no es una opción. El fin de semana seguirán los festejos con otro grupo de amigos, al que tampoco quiero denunciar... Anyway. Jodido.
Por suerte el 666 motiva como loco y hace que valga la pena el frío que estoy pasando. Y me coloca mucho más cerca de un peso en el cual podría pensar en aprovechar las liquidaciones!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dejame un mensaje!