Porque hoy arrancan los diversos festejos del día del amigo. Tengo un almuerzo hoy, una cena mañana, un té el sábado a la tarde, y programa con mi mamá el domingo. TODO involucra comida. Pero bueno, la vida es así. Es socialmente casi una regla que uno se junta a comer o a chupar algo. Siempre. Y es uno de los grandes placeres de la vida, así que no pretendo cambiar esos hábitos en mis amigos. La que me tengo que limitar y evitar tentar soy yo. No voy a pedirle a mi gente que me ayude, que me tengan especial consideración, que no me sometan a situaciones que me puedan hacer descarrilar, como hacen otros gordos a dieta. A mi no me sirve, me siento una idiota, siento que me tienen lástima, que me sobreprotegen como a una nena tonta que sola no puede controlarse.
Por eso no participo a nadie de mi dieta, y no por otra cosa. En el grupo de los gordos cuando uno oculta que está a dieta de otros, tienden a interpretarlo como una forma de no hacerse cargo, porque si nadie sabe, nadie se entera si la abandonás tampoco. Es una forma de no comprometerse del todo, de poder borrarse y hacerse el bolud*o si las cosas salen mal o si la voluntad flaquea. Ese no es mi caso, no es por eso que oculto mi dieta. Es por esto que venía diciendo, de que no quiero la compasión de nadie, que me resulta paternalista y peyorativa (omnipotente, yo? nahhh...) y porque además no quiero opiniones ajenas. No quiero deditos levantados, gente diciendo "tenés que hacer así, tenés que hacer asá". De nadie. Ni de otros gordos, que adelgazan medio kilo y ya la tienen clarísima y te dan cátedra, con un aire de superioridad que me da por el ort*o. Ni de flacos, porque sus consejos parten de un enfoque sano hacia la comida, y por lo tanto no me van a servir nunca, y porque aparte me hace sentir patética, ver que ellos pueden controlar el tema de la comida y yo no.
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"I'm not your project!" al estilo Tai para Cher en Clueless |
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