martes, 3 de julio de 2012

Malditas balanzas!!

POR QUÉ??!!!
Esta mañana me subí a la balanza con pavor, temiendo un aumento. El descenso del fin de semana parecía desproporcionado con el poco tiempo transcurrido, y cuando algo is too good to be true, puede que no sea del todo true. Y así fue: 67,8 kg. Blurgh! No importa! Un poco de perspectiva: igual estoy abajo de los 68sss, lo cual ya es MUY positivo, y la semana pasada pensaba que me iba a costar más, y que iba a empezar a bajar a razón de 500 gramos por semana. 

Determinada a que el dato no me arruinara la mañana, partí rumbo a la nutricionista sin desayunar, sin tomar ni un café, ni un vaso de agua, por poco sin cepillarme los dientes, para que cuando ella me pesara no me diera un número más alto. Pero me pesé y la balanza de la clínica me dio 68,2 kg. Y la remil! Nuevamente, elijo no ponerme mal por el número. Yo siempre me peso en mi casa, y es el peso de mi casa el que contabilizo. Repetiré en mi cabeza todo el día el mantra de "tolerancia a la frustración". El número de la balanza de la mañana no puede determinar mi estado de ánimo durante el día, media pila.

Continué la mañana desayunando un delicioso yogurt casero con un café con leche de máquina también super rico. Me compré una de las viandas más suculentas para este mediodía. Camino al subte compré frutillas, que me dijo la nutricionista que agregara frutas a mi dieta. Y a la noche tengo pilates. Así que bien, tranquila, tratando de seguir haciendo las cosas bien. Porque mañana... se viene el cuarto desafío! El más difícil de todos!

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