domingo, 15 de julio de 2012

Frío constante

Brrrrrrr!
Foto: thevoiceforthevoiceless
Un efecto secundario de la dieta es que me muero de frío. Lo cual, en el contexto de una ola de frío polar no es muy divertido. Anoche dormí abajo de una lasagna de frazadas. Sábana, frazada de polar, frazada gruesa de esas viejas, el plumón, y arriba un acolchado español grueso puesto doble! Camisón, medias, calzas y buzo de polar. Radiador eléctrico en el cuarto y bolsita de agua caliente en los pies. Pero igual me canté de frío. A eso le sumo que en mi edificio hay loza radiante controlada por le consorcio (es decir que no puedo regular el calor --o mejor dicho el frío-- de mi departamento) y muy malas aberturas, que dejan entrar un chiflete (y por momentos viento) permanente. No hay burlete adhesivo que aguante. Así que ahí ando, con la persiana cerrada en pleno día para que no entre frío, lo cual es super deprimente, porque no veo ni la luz del sol. Tengo el hornillo y una velita prendidos, el radiadorcito, y estoy hirviendo calabazas para que el calor de la hornalla contribuya a calefaccionar el ambiente. Edesur y Metrogas, perdónenme, pero estoy podrida de tiritar todo el día y de no sentir los deditos de los pies.

A pesar del humor de perros en el que me sume este frío, esta mañana la balanza me hizo un giño y me tiró un numerito que hace un tiempo no veía: 67 en punto. NICE! Debo aclarar que me levanté más tarde de lo normal, y ahí pueden haberse ido unos 200 gramos, no sé. La cuestión es que arranqué con buenas y renovadas energías para seguir bien con la dieta. Ayer en el grupo de los gordos se habló de desdramatizar, dejarse de joder con las justificaciones y de hacer más y pensar menos. En eso ando.

Pegó la "stanflation" que acosa al país por casa también, y decidí no comprar las viandas, que salen un ojo de la cara. Me fui al super ayer y me stockeé de lácteos y proteínas varias, y luego fui a lo de mi verdulero amigo y llené un chango de verduras y frutas. Intenté implementar todos los conocimientos adquiridos a través de El Gourmet sobre recetas sanas y livianas, cociné en cantidades industriales y freezé porciones de cada preparación como para pasar todo el invierno. Hoy que seguramente no salga de casa ni por casualidad, continuaré con otro tanto que me queda por cocinar. En la semana la verdad es que no tengo tiempo para nada y me da fiaca empezar de cero a hacer, no sé, ratatouille. Así que ese es mi programa de domingo: ratatauille, libro, y mucho cafecito caliente.

Si alguno tiene sugerencias de recetas sin harina, son bienvenidas. Sobre todo alguna con berenjenas, que compré una bestialidad y ya no sé qué inventar para aprovecharlas. Gracias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dejame un mensaje!