lunes, 23 de julio de 2012

Desarreglos y ajuste

Vengo a sincerarme respecto de mi fin de semana y pasar en limpio la serie de transgresiones que cometí. Ello con el propósito de recapitular y tomar conciencia de que fueron muchas, y no volver a repetirlas, cortar, y emprolijarme de nuevo, aunque adelanto que la historia tiene final feliz.

El viernes arranqué el día con un peso inusualmente bajo: 65,6 kg! La alegría de ver ese número me mantuvo motivada durante la cena del festejo del día del amigo, pero al mismo tiempo pienso que aproveché que tenía "margen" para tomarme algunas licencias. Pedí una ensalada de rúcula, manzana verde, queso de cabra y almendras y nueces tostadas. Hasta ahí más o menos bien, salvo que además me tomé TRES fernets (aunque con Coca Light, obvio). El sábado no me pesé por la mañana porque me levanté en un horario que no es el que yo me peso y no quise especular. Comí una ensalada de rúcula, champis, tomates secos y salmón ahumado, pero le saqué la mayoría del salmón, que estaba feo. Por la tarde un yogurt ser con frutas. Por la noche vino la segunda transgresión GRANDE: pedí a medias para compartir una entrada de langostinos apanados (me habré comido cuatro, pero eran grandotes). Fue un gran sacrificio no untarlos en la salsa tártara que venía de acompañamiento (ni comer pancito con dip que trajeron antes de la entrada). De plato principal un salmón grillado con roll de zuchini relleno de champignones y un poco de queso cheddar arriba, también compartido, así que solo medio plato. Todo acompañado de un vinito malbec, también a medias. Aunque el menú fue excesivo para la porción Ravenna, y encima le metí dos copas de vino, cosa que decididamente no está permitida, creo que fue una conducta bastante razonable, digamos. Pero la transgresión fue grande porque COMÍ HARINA: el rebozado de los langostinos, que era bien gordo y masoso (y delicioso como la put*a que lo parió). Por la noche, fui al boliche y clavé TRES Fernets más. El desarreglo continuó al día siguiente: parrilla. Pedí un filet de pollo a medias, con puré de calabaza de acompañamiento, pero probé unas cebollas en escabeche, y unas lentejas y porotos en escabeche (un bocado de cada) y la porción del pollo era el doble que la de Ravenna. Por la tarde tomé un té con leche, y ya el descontrol y la falta de límites se empezaban a notar. Había chocolatitos mini para acompañar el café, pasta frola, muffins y almendras. Comí dos almendras y un chocolatín. Y después me dejé de joder. A la tarde no comí más nada, ayudada por el revuelto que me quedó en la panza de tanto Fernet, vino y descontrol. Recién me comí un yogurt ser firme a la noche, cuando me dio un poco de hambre. Hoy ya volví a la rutina y corté con el exceso. Vuelta al ruedo y prolijita. El saldo de la jodita... CERO. No subí nada. De hecho, esta mañana me pesé y clavé unos maravillosos 65,2 kg!!!!!! Nuevamente y como siempre, espero que no se trate de una anomalía provocada por el solo hecho de que ayer prácticamente no cené. En cualquier caso, como ya estoy de vuelta en la buena senda, no debería mañana pesar mucho más. Por suerte cumplí el propósito que me había puesto el otro día de que el fin de semana, más los festejos del día del amigo, etc, no me hicieran subir por sobre 66,2 kg. Quien diría que iba a terminar incluso un kilo más abajo que eso, no?

Hecha la correspondiente recapitulación, lo que salta a la vista y hay que extraer como moraleja, es que es MUY fácil irse al caraj*o. Que uno relaja un chachitín y al otro día es un cachitín y medio, y así sucesivamente. La conducta que desplegué probablemente sea más o menos razonable durante el mantenimiento, pero no debería serlo para el descenso. Quise ponerlo por escrito porque como finalmente bajé de peso, no quiero engañarme y pensar que lo que hice el fin de semana estuvo bien solo porque no me trajo consecuencias. Así que eso. Saludossss.

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